¿Qué es el Slow Travel?​

Te lo contamos

Explora el mundo a otro ritmo y con un impacto positivo.

El slow travel no es solo una forma diferente de viajar, es un manifiesto para reconquistar la esencia del viaje auténtico. En un mundo donde el turismo masivo deja cicatrices profundas en las comunidades locales y en el medio ambiente, el slow travel se levanta como una alternativa que busca crear un impacto positivo, tanto en los lugares que visitamos como en nosotros mismos.

Este modelo de viajes rechaza la idea de coleccionar destinos como trofeos, y en su lugar, aboga por sumergirse en la cultura local, por conocer a las personas que hacen de cada lugar algo único. Pero no nos engañamos: sabemos que cada forma de turismo tiene un impacto en nuestro entorno, nunca pasaremos sin dejar huella. La diferencia está en cómo decidimos que ese impacto se manifieste.

No se trata de una filosofía simplista ni de un escapismo idealista. Es una llamada a la acción para aquellos que entienden que podemos (y debemos) elegir viajar de manera diferente, que podemos optar por un turismo que respete los ritmos naturales y humanos, que valore la calidad por encima de la cantidad, y que, en última instancia, nos enriquezca más profundamente.

El slow travel nos invita a desafiar la mentalidad de la prisa

El slow travel nos invita a desafiar la mentalidad de la prisa, a abandonar la lista de “lugares por ver” y, en cambio, a vivir cada destino con plena consciencia. Es mejor para el entorno porque fomenta un turismo más sostenible y responsable, que protege los recursos locales y apoya las economías locales.

Viajar despacio (slow travelling) es más que una tendencia; es una postura consciente en un mundo que necesita más viajeros reflexivos y menos turistas inconscientes. Es un acto de resistencia contra la superficialidad y los entornos masificados, a favor de un turismo que realmente cuide, respete y conecte.

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